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dimarts, 22 de juliol del 2014

La llibreria de Cazarabet ens ofereix una interessant ressenya i entrevista a l'autor de la novel·la "Amapola negra"


La Librería de El Sueño Igualitario

Cazarabet conversa con...   Francisco Melero, autor de "Amapola negra. 1 - Génesis. 1914" (Gregal)


Francisco Melero es un escritor tranquilo y ameno que este año nos “casi sorprende” con un libro (el primero de una "cuatrilogía") que es una especie de joya y que nos acerca al germen de lo que desembocó en la Primera Guerra Mundial, de la que este año se cumple el centenario y que es conocida, también, como “La gran Guerra “ o “La Guerra de las Trincheras”. Una guerra en la que se “probaron” muchos nuevos proyectiles, nuevas formas de ataque, estrategias, “muchos estancamientos en las trincheras” con sus horribles consecuencias y 2nuevas maneras de matar” como los gases y demás…Gregal le da el sello a esta novela de Melero que no te defraudará: bien escrita, sin pretensiones y que te hará querer saber más….lo que es muy importante en una novela y en un novelista. Nada que envidiar a los escritores, sobre todo a los anglosajones que también han escrito sobre este período…Melero describe muy bien las situaciones y dibuja, muy esmeradamente, a sus personajes.

La amapola es la flor del soldado y el símbolo del día de los veteranos desde la primera Guerra Mundial…y es que un soldado británico le dedicó un sentido poema, teniendo a  la amapola como protagonista (lo puedes leer en: http://www.ehowenespanol.com/flor-amapola-convirtio-simbolo-del-dia-veteranos-sobre_34048/), a un compañero suyo que murió en batalla en Flandes…

Quizás sea por eso porque nuestro escritor, Francisco Melero, se acerca a la I Guerra Mundial…tomando a la amapola y vistiéndola de negro, tal como era y es, en su sentir,  para hacernos sentir que con ella o sin ella…. la guerra es lo que es  y que éstas no conllevan nada, nunca, de positivo….En la trama y en los diferentes escenarios, siguiendo a diferentes personajes y situaciones, que va describiendo Melero, nada es gratuito….todo está como muy bien escrito, como muy bien medido, como estudiado hasta la saciedad….


Esperemos seguir trabajando prestando atención a aquellos que, verdaderamente, sí saben más, buscando por la red y demás…así como volviendo a entrevistar al propio autor cuando en los años venideros, Francisco Melero, vaya publicando la segunda, tercera y cuarta parte de Amapola Negra. Lo esperamos con verdadera pasión y, ya cierta dosis de impaciencia…Es sensacional esto que ha hecho Gregal con la obra de Francisco Melero: publica la obra, conforme ésta se va moviendo: el génesis, el cómo estalla la guerra es el presente libro y el que disfrutamos en 2014 y en cada año venidero nos iremos acercando al resto de episodios de la guerra y de la novela.

Sinopsis de Amapola Negra que nos llega desde Gregal:
Una apasionante novela histórica donde a través de distintos personajes y experiencias conoceremos de cerca el gran conflicto de la Primera Guerra Mundial.


En 1914 la sinrazón se apodera de Europa. La lucha hegemónica entre potencias es un polvorín que explota a partir de un hecho específico ocurrido en los confines del Imperio Austro-Húngaro. La cuestión nacional prima sobre el interés individual o colectivo. Las sociedades se arremolinan en torno a sus ejércitos y respaldan la intervención armada. El odio se expande por doquier. Pero el progreso tecnológico ha cambiado la forma de hacer la guerra y los contendientes deben olvidar las tácticas de campañas precedentes, adaptándose a los novedosos modos de matar y de morir. Desaparece la épica de la batalla. La aparente refriega breve se convierte en un conflicto colosal. La humanidad experimentará un cambio radical, acelerado y convulso dando paso a un modelo de sociedad sujeta a los envites de una modernidad heroica. 



Henry Taylor, un joven de Terranova (actual Canadá), se alista voluntario porque quiere reencontrarse con sus raíces europeas y compara su vida a la de los salmones. Otto von Durnstein, oficial bávaro de origen austríaco, sin el espíritu bélico de sus camaradas prusianos, es enviado de forma inesperada al centro del conflicto. Enzo Salandra, ingeniero del sur de Italia, apasionado de la tecnología y del armamento, se convierte en piloto de aeroplanos del ejército alemán, aunque en secreto anhela inventar un arma nueva que revolucionará las batallas. Brigitte Labenne, una muchacha francesa criada en Suiza, de profundas creencias humanistas, abomina la guerra y se impone como fin detener el conflicto armado.  Y Baltasar Moné, un empresario textil español, de Barcelona, se desplaza a los escenarios bélicos con falsa credencial de corresponsal de guerra para hacer negocios con los dos bandos, arriesgando su propia vida.


Blog del autor: http://franciscomelero.es/

Cazarabet conversa con Francisco Melero:

-Francisco, lo primero: ¿por qué una novela de ficción sobre la I Guerra Mundial?
-Uno de los géneros que a mí me apasiona es la novela histórica, en la cual a través de personajes de ficción se nos cuenta un periodo de la humanidad del que siempre aprendemos y descubrimos cosas completamente desconocidas.
Es curioso, pero sobre la I Guerra Mundial existe muy poca literatura en comparación con otros conflictos bélicos, como la II Guerra Mundial o incluso la Guerra Civil Española. Además, apenas hay exponentes de novelas que narren todo el periodo del conflicto, los cuatro años y medio, y mucho menos que nos ofrezcan una visión desde los dos bandos contendientes.
Tras comprobar ese vacío o carencia en la literatura, me propuse rellenarlo con una historia que tuviera esos dos hilos conductores como referencia.
-La amapola se convirtió, después de la I Guerra Mundial, en la flor del recuerdo para los veteranos que dejaron la vida allí y para los que dejaron cuatro años de su existencia en tierras y campos de batalla….Todo ello, a raíz de un poema escrito por un soldado británico, dedicado a otro que siendo amigo y compañero de armas que murió en Flandes…pero las amapolas son rojas….¿desde la Gran Guerra del 14 se convirtió (se convirtieron, quizás….), pues, en una Amapola Negra a tu modo de ver…?
-La simbología de la amapola, en general, es tan significativa que difícilmente podía dejar de aparecer en el título de mi obra. Para los griegos es la flor del olvido y de los muertos. Crece allí donde ha habido cruentas batallas y se dice que su presencia es la sangre de los soldados que regresa a la vida. Después está el poema que citas, del teniente coronel canadiense John McCrae, escrito en 1915 y que se convirtieron en los versos más famosos de la guerra. Y finalmente esa referencia a Moina Michael, la profesora americana gracias a la que la amapola devino en símbolo oficial en el mundo anglosajón. Con todo esto, la flor debía estar en el título.

Y el adjetivo negro lo he incorporado en alusión al luto que supuso esta contienda no solo para Europa, sobre todo, sino para todo el mundo. Es decir, es como señalar que se trata de un período muy oscuro para la humanidad.
-Francisco, ¿cómo es que has elegido estos personajes para la Génesis de la I Gran Guerra: el aventurero e idealista canadiense, el oficial germano, el “inventor italiano”…?
-Ahora que la novela está escrita y publicada me doy cuenta de la trascendencia de haber configurado unos personajes que, con independencia de que gusten o no, son originales. Y lo son por dos características básicas: una, pertenecen a naciones o regiones de países que apenas han aparecido en la literatura relacionada con la Gran Guerra, a pesar de la importancia que esta ha tenido en ellos, destacando el personaje español, prácticamente inédito hasta la fecha. Y dos, no son personajes puros, unidireccionales, sino que vienen con sus problemáticas personales, unas relacionadas con la propia geografía de procedencia, y otras con cuestiones morales previas, que deben sobrellevar y resolver a la vez que intervienen en la guerra, en la que se involucran por diferentes cuestiones.
Modestamente considero que ha sido acierto crear estos personajes, pues al menos a nivel personal me han permitido empatizar con ellos y explicar a través de sus bocas, conciencias y actos cantidad de historias y tramas que tal vez se hubieran quedado en el tintero en el caso de haber recurrido a otro tipo de personajes más convencionales.

-¿Cómo te has documentado para la escritura de estacuatrilogía sobre la I Guerra Mundial?

-Esta es la parte más ardua y a la vez una de las más gratificantes del proceso de escritura de una novela histórica, dado que este género depende en su totalidad de cómo se manejen los datos recabados. De ahí que conlleva una gran responsabilidad verificar en la medida de lo posible cada dato citado en la novela, si bien te da la oportunidad, a la vez, de descubrir infinidad de retazos de historias que dan para mil novelas más.
Personalmente, procuro contrastar en más de una fuente la información que leo, máxime cuando mi voluntad es contar los hechos desde la visión de los dos bandos opuestos, y eso supone un trabajo de muchas horas. También es cierto que al ser novela, de tanto en tanto me permito una licencia de autor, aunque estas han de ser las mínimas y deben quedar diluidas en la veracidad del resto de elementos.
-Francisco, ¿crees que es casi mejor aproximar muchas veces la historia de la humanidad a la gente, mediante la invención de historias de ficción que no intentarlo hacerlo mediante ensayos…o hay público lector para todo?
-Desde luego tengo claro que hay público para todo tipo de creación literaria, y de hecho los ensayos históricos dedicados a la Gran Guerra han proliferado en los últimos tiempos, entiendo que con buena acogida.
Pero para mí la ficción aplicada a la verdad histórica permite idear, inventar, tramas y pasajes que no siempre resultarían creíbles si se utilizara solo personajes reales. Lo cual no quiere decir que esa creación deba ser fantástica, irreal cien por cien, sino que los personajes de ficción te permiten estirar al máximo las situaciones, los sentimientos, son mejor banco de pruebas de experimentación en cuanto admiten que se les dote de cualidades o capacidades que quizás costaría encontrar reunidas en un único hombre real.
En cualquier caso, creo que conviene distinguir entre las novelas históricas cuya trama principal es pura ficción y solo se apoyan de forma accesoria en los sucesos de la época que contemplan, y aquellas otras en las que lo ficticio son los personajes y algunas de las cosas que les ocurren, pero que tanto los datos históricos que se citan como algunas otras vivencias sí son verídicas, y además la época y sus eventos tienen una importancia esencial en ellas. Amapola Negra sería, sin duda, un exponente de este segundo tipo.

-Francisco, aparte de documentarte de manera muy particular, leyendo, seguramente, que numerosos ensayos y demás…Dinos, ¿te adentraste también en el mundo de las novelas o obras de ficción?

-En esto supongo que debo decir lo mismo que respecto a los escritores. Uno puede ser lector y no escritor, pero no puede ser escritor sin ser lector. Pues en el caso específico de la novela histórica ocurre algo similar: puedes ser lector de novela histórica y ser escritor de otros géneros, pero no puedes ser escritor de novela histórica sin ser, previamente, lector de novelas históricas.
Por lo tanto, la respuesta es que sí, por supuesto he leído muchas novelas del género, tanto ambientadas en la Primera Guerra Mundial como en muchos otros periodos de la historia.

-Tu historia, conjunto de historias, parten de historias de personajes muy diferentes y diferenciadas….¿cómo las vas confeccionando; desde qué punto empiezas a tirar de los diferentes hilos para componer un puzzle más que bien encajado o que, al final, va encajando?
-Hay un elemento que es la base de toda la construcción y que rige el modo en el que se superponen las distintas historias, las capas o prendas que visten el esqueleto. Se trata de la cronología. Sin este elemento, es muy probable que Amapola Negra fuera una caótica sucesión de tramas de personajes ambientados en la guerra. Decidí acogerlo precisamente para dar una coherencia a lo que cuento. Cada capítulo precede al anterior en el tiempo, no necesariamente en su finalización, pero sí en su inicio, es decir, que se narra con el calendario en la mano. A partir de ahí, la fórmula es buscar los acontecimientos más relevantes de cada momento, decidir qué personaje es el idóneo para participar en él e intercalar los personajes entre sí, con sus propias situaciones y vivencias.
Aunque ese es el procedimiento ordinario, tampoco ha sido atípico el caso de tratar uno de los personajes y, en lugar de finalizar el correspondiente capítulo y ponerme con otro compañero, escribir el siguiente capítulo del mismo sujeto, ubicado más adelante en la historia, para retomar a continuación el hilo cronológico donde había quedado interrumpido.


-¿En tus novelas, en tus tramas, son más importantes o mantienen más la importancia los personajes que los acontecimientos….digamos o nos preguntamos si son ellos, más bien, los que mantiene la historia?
-En mi caso particular intento hallar un equilibrio entre ambas partes. En Amapola Negra los acontecimientos históricos son fundamentales, pues se trata de exponer y transmitir cuanto sucedió en realidad y lo que supuso aquel conflicto para el conjunto de la humanidad, algo bastante desconocido, en general.
Sin embargo, si uno desea únicamente centrarse en los datos históricos, en los principales detalles concretos de cada hecho, sin aportar nada más que eso mismo, hechos, números, fechas, es mejor realizar un ensayo histórico.
Mi idea, en cambio, era escribir una novela histórica, es decir, usar esos datos objetivos como marco, y en él introducir la piel y hueso, los sentimientos y deseos, etc., que le aportan los seres humanos, encarnados en personajes de ficción.
Uno de los objetivos de la novela histórica es que los personajes sean creíbles en el periodo histórico en el que quedan circunscritos, pero también que generen cierta empatía con el lector, pues de lo contrario, si las tramas de estos personajes no atraen lo suficiente, es fácil que ni siquiera lo histórico cause el efecto pretendido. De ahí que yo haya intentado cuidar ambos aspectos.
Muchas veces se me olvida comentar que Amapola Negra es una novela de la Primera Guerra Mundial que, no obstante, no pertenecería de pleno al género bélico, como se podría pensar de entrada, sino que su catalogación abarcaría más géneros. Y eso se lo debe, estrictamente, a los personajes.
 -Entremos un poco más en situación: ¿ la llamada Gran guerra , a tu parecer de qué es el resultado…..no nos engañemos la muerte del heredero al trono del Imperio Austrohúngaro no es más que el “gran detonante”, pero sin más, ya había mucho de germésn…?
-Para mí, el atentado de Sarajevo no es más que la espita que enciende la mecha que hace explotar el conflicto. De hecho, si el resto de naciones, en especial Rusia, no se hubieran empeñado en defender a los serbios, el conflicto habría quedado localizado entre Serbia y Austria-Hungría, uno más de los tantos que hubo en la zona en los años anteriores.
Sin embargo, eran demasiadas las cuestiones acumuladas en las naciones que se conjuntaron aquel verano. Por un lado, los resquemores del colonialismo, que llevaban a naciones como Alemania a considerar que eran pocos los territorios que poseía, comparados con los de otras potencias como Francia o Gran Bretaña. Además, todas las naciones tenían intereses territoriales que defender o recuperar. En segundo lugar, conviene tener en cuenta que la etapa previa al estallido de la guerra se caracteriza por un desarrollo industrial muy elevado, también en el sector armamentístico, y las potencias estaban equipadas con mucho armamento y muy sofisticado, en lo que se conoció como Paz Armada, íntimamente relacionada con el siguiente punto, el de las alianzas entre países. Estas alianzas, fundamentales para el equilibrio de Europa, devinieron a la postre fatales, pues los estados implicados en la causa de Serbia siguieron adelante con sus planes amparados en el resto de “amigos” que respaldaban su postura. Sin existir esas alianzas tan fuertes, no se hubiera llegado a un problema global.
Tampoco quiero dejar de resaltar un hecho aparentemente menor, pero que tiene para mí una importancia cabal. El líder socialista francés Jean Jaurès había liderado el movimiento obrero europeo y había logrado que la masa de trabajadores del continente tuviera una conciencia situada por encima de sus naciones. Pues bien, el día 31 de julio le asesinaron en París y eso provocó, en contra de lo que cabía esperar, que los obreros, los que representarían después la base de los ejércitos, se arremolinaran en torno a sus Estados e hicieran la guerra a sus camaradas del otro lado de la frontera. El nacionalismo y la protección de la Patria se impusieron al pensamiento supranacional.
Pero personalmente creo que una de las cuestiones más relevantes se encuentra en el hecho de que Gran Bretaña vio en Alemania a un serio rival y competidor en el campo económico. No en vano el káiser Guillermo anhelaba poseer una flota superior a la británica, y eso implicaría dominar los mares y extender el comercio alemán por el mundo, en detrimento del del Imperio. De ahí que Gran Bretaña, la única capacitada para detener el conflicto, a punto de comenzar las hostilidades, no pusiera de su parte y permitiera que las armas decidieran la cuestión.
En definitiva, yo creo que los europeos habían alcanzado un nivel de felicidad y avance (en todos los terrenos imaginados), que no supieron gestionar y que hicieron saltar por los aires con la inocente suposición de que la guerra que ponían en marcha era necesaria, precisamente, para acabar con todas las demás guerras futuras.


-Para cerrar esta primera conversación, Francisco qué nos van ofreciendo las otras “partes” de este particular vistazo a este capítulo tan importante de la Historia Contemporánea?
-En el año 1915 veremos sucesos importantes como el hundimiento del transatlántico Lusitania, que a punto estuvo de conducir a los Estados Unidos a entrar en la guerra, o la trascendente decisión de Italia de intervenir en el conflicto del lado de los aliados, o la utilización por primera vez de las armas químicas, de la mano de gases asfixiantes, y conoceremos un nuevo escenario, la península de Galípoli, en Turquía.
En el año 1916 asistiremos al inicio y final de la batalla más larga y sangrienta de la guerra, la de Verdún, ideada para servir de “picadora de carne humana” y viviremos la masacre del ejército británico en el primer día de la batalla del Somme, en julio, al tiempo que seremos conocedores de las reuniones de intelectuales pacifistas en Suiza y nos informaremos de la muerte y posterior sucesión del emperador de Austria-Hungría o la serie de batallas que desangran a Italia.
En 1917 Estados Unidos se suma a las potencias aliadas; los soldados franceses expresan su malestar y son reprimidos con dureza; el nuevo emperador austríaco busca concluir la guerra. Se suceden las batallas sangrientas como Passendale y no se gana terreno.
Y en 1918, por ejemplo, participaremos en la gran ofensiva alemana de primavera planeada para acabar con la guerra, seremos testigos del descontento de la población civil en la retaguardia, contemplaremos los últimos coletazos de la contienda y experimentaremos las devastadoras secuelas de la denominada gripe española, que diezmó la población como pocas plagas anteriores.
Y todo ello mezclado con las historias personales de cada personaje, en evolución continua acorde al desarrollo de los acontecimientos que les toca vivir.
























17408

Amapola negra. 1 - Génesis. 1914. Francisco Melero

496 páginas

23,50 euros

Gregal


Una apasionante novela histórica donde a través de distintos personajes y experiencias conoceremos de cerca el gran conflicto de la Primera Guerra Mundial.

En 1914 la sinrazón se apodera de Europa. La lucha hegemónica entre potencias es un polvorín que explota a partir de un hecho específico ocurrido en los confines del Imperio Austro-Húngaro. La cuestión nacional prima sobre el interés individual o colectivo. Las sociedades se arremolinan en torno a sus ejércitos y respaldan la intervención armada. El odio se expande por doquier. Pero el progreso tecnológico ha cambiado la forma de hacer la guerra y los contendientes deben olvidar las tácticas de campañas precedentes, adaptándose a los novedosos modos de matar y de morir. Desaparece la épica de la batalla. La aparente refriega breve se convierte en un conflicto colosal. La humanidad experimentará un cambio radical, acelerado y convulso dando paso a un modelo de sociedad sujeta a los envites de una modernidad heroica. 



Henry Taylor, un joven de Terranova (actual Canadá), se alista voluntario porque quiere reencontrarse con sus raíces europeas y compara su vida a la de los salmones. Otto von Durnstein, oficial bávaro de origen austríaco, sin el espíritu bélico de sus camaradas prusianos, es enviado de forma inesperada al centro del conflicto. Enzo Salandra, ingeniero del sur de Italia, apasionado de la tecnología y del armamento, se convierte en piloto de aeroplanos del ejército alemán, aunque en secreto anhela inventar un arma nueva que revolucionará las batallas. Brigitte Labenne, una muchacha francesa criada en Suiza, de profundas creencias humanistas, abomina la guerra y se impone como fin detener el conflicto armado.  Y BaltasarMoné, un empresario textil español, de Barcelona, se desplaza a los escenarios bélicos con falsa credencial de corresponsal de guerra para hacer negocios con los dos bandos, arriesgando su propia vida.


Blog del autor: http://franciscomelero.es/
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dilluns, 7 de juliol del 2014

On vas, Irina?

Ni és la primera vegada que presento un llibre de la Rosa Maria ni és tampoc la primera que assisteixo a la presentació d’algun. L’amistat que ens uneix des de fa trenta anys ha provocat que em fes el favor d’oferir-me totes dues oportunitats.
Fins ara la Rosa Maria havia escrit obres didàctiques (per exemple, Lletres amagades) o bé relats més aviat breus plens d’encant (Tardor roja; Bell-lloc i altres contes de mestres; Un mar de boires), contes divertits (En Jordi i el Drac, un Sant Jordi molt original i viatger), teatre també breu (El racó dels desitjos)… Aquesta vegada s’ha llançat a la gran novel·la, i quina novel·la!
Quan et proposen que presentis un llibre, et vénen temptacions múltiples, des de fer un elogi entusiasta de l’obra per enardir l’auditori a llegir-la fins o fer-ne un estudi literari, amb el perill que potser li tregui les ganes de fer-ho. A veure si avui em mantinc en el camí del mig, en el viarany mitjà budista, que ni sembli una presentació pagada ni una classe avorrida.


On vas, Irina? és una novel·la envejablement ben escrita. Us en diré un truc per orientar-vos: llegiu-vos la coberta final del llibre i hi trobareu un resum preciós del contingut. D’aquestes sinopsis orientadores, se n’acostumen a encarregar les editorials mateixes; haig de dir que, si és així, qui la va redactar ho va fer molt bé. Gairebé llegint-la ara en veu alta, m’estalviaria tota la feina, però seria molt lleig de fer-ho.
Teniu a la vista una novel·la inextricablement teixida; no sé com s’ho ha fet aquesta dona perquè fos moltes coses a la vegada: d’antuvi és un tros de biografia disfressada on trobem la Rosa Mari camuflada –ja veureu de què o de qui–; però no només ella, sinó la seva família. Ei, no cal pas estar al corrent d’aquest secret perquè la novel·la tingui tot el nervi de relat omniscient, en tercera persona, no. El que passa és que, si ho saps, encara és més viva. Té aquell encant de la cosa viscuda, la cruesa; i a la vegada l’autenticitat de l’experiència.

És a l’ensems una novel·la històrica, basada en uns fets ben reals, i ben luctuosos: ho anuncia el subtítol Novel·la basada en la tragèdia de Txernòbil de 1986. És tan amarga aquesta tragèdia humana! I ella ens acompanya a descobrir-la amb tanta sensibilitat! Vull dir que no ens fa recórrer només uns esdeveniments que delaten fins a quin punt pot arribar l’embogiment de la intel·ligència de l’home quan la tècnica esdevé el botxí sàdic de la inconsciència ambiciosa; la tragèdia s’encarna en persones que ens arribem a estimar, que ens fan compartir el patiment, perquè quan qui pateix és l’amor, arribem al paroxisme del dolor. L’energia nuclear posa en perill tot el gènere humà, certament; però és que causa un sofriment total a les persones que s’estimen apassionadament. Hi ha fragments tan desoladament tendres en la novel·la, que et fan anegar els ulls.

Al mateix temps l’obra és una aventura d’intriga, de suspens. Com acabarà la trama que fa de fil conductor de la narració? Per què la valentia de la Irina la portarà a un èxode rocambolesc, esgotador, policíac?

Juntament amb tot això, la  novel·la també és un assaig d’antropologia cultural. A través d’ella, entrem en una manera d’entendre i viure la vida que no pertany a la nostra cultura propera; costums, supòsits, tradicions, rituals familiars, conviccions ancestrals compartides, pràctiques laborals o comercials, ambients sanitaris… tot un univers que ens aboca a horitzons novells, rics i de vegades desconcertants per al lector català. Tota una descripció sociològica, sorprenent i atractiva a la vegada. En resum, jo diria que l’obra ens interroga, ens fa preguntar ben sovint: com és que dins la nostra Europa −bastant a l’altra punta, sí, però Europa al cap i a la fi−  hi hagi unes estètiques i unes ètiques i unes teories i unes pràctiques tan diferents de les nostres? La resposta comporta enfrontar-nos a una sacsejada, a posar en dubte la nostra presumpció de bondat sociològica.

Altrament, no em sé estar de remarcar la vena poètica de la Rosa Maria que en el llibre vessa arreu. Aquí sí que la temptació ha estat molt i molt forta: volia reproduir-vos i llegir-vos fragments, pinzellades d’una riquesa lírica encisadora. Ara ja no faig Formació Literària a la universitat, però us asseguro que si hagués disposat d’aquesta novel·la fa tres o quatre anys, molts dels seus fragments haurien sortit a classe com a models de figures literàries  de primer ordre; agosarats, dolcíssims, altament poètics. He optat, però, per deixar-ho a la vostra mà. Ja els trobareu al llarg de la lectura; és que us saltaran a la vista, vull dir a l’esperit. Tanmateix, no em sé aguantar de llegir-vos un trosset de la pàgina 133:

L'estiu s'ha acabat, tal com s'acaben tots els estius, però aquest amb més melangia. Els últims dies d'agost han anat tots junts a una casa que tenen prop de Tamariu, en una urbanització de casetes al mig del bosc i a deu minuts d'una cala. L'Elena, que no havia fet mai vacances, gaudeix com una nena d'aquest primer, i segurament últim, estiu a Catalunya. Des de la seva habitació es veu el mar, cada matí el contempla com si fos un cobrellit de seda blava, que llisca i l'estira fins a deixar-li el seu Dnièper com a coixí. Cada nit contempla els estels. Avui que és l'última, a més a més, neix del mar la lluna plena. "Bona nit!", li diu, però li continua explicant un munt de coses... fins a la matinada. I mentre la lluna s'esvaeix, el sol engelosit li acluca les parpelles per desitjar-li un bon dia.
A l'habitació del costat, que és molt gran, hi reposen les tres nenes en un llit de matrimoni, i en Bacil tot sol en un de cinc pams. Amb un nus de joia que li encongeix el cor i li fa sentir el pols als braços, l'Elena els tira la persiana un xic amunt: encara dormen. Fascinada, enganxa els ulls entre les dues fustes de la finestra: el cúmul que la passeja es torna rosa i para el temps. Un munt de pins i alzines es torcen i saluden sa majestat, el Sol. Les seves arrels segueixen les escletxes de la roca, granets de quars i mica rellisquen com ofrenes, constans al déu Neptú. Una ratlla llunyana arrenca pinzellades d'un príncep lleganyós, barreja algues amb maragdes, les illes amb la sorra i un rierol dolç que busca salabror. Tota aquesta part del seu cos, que està feta d'una antiga aigua llunyana, ha vingut a cercar-la. El Dnièper la reclama, l'estira i l'enganxa com una caragola que, posada a l'orella, xiuxiureja misteris mar endins: "No ho veus, tot just despunta l'alba, la mar està calmada, vine amb mi, vine amb mi, vine amb mi... recorda que és l'últim dia!".

On vas, Irina? és una novel·la de vida i de mort. Hi ha molta vida i molta mort –us ho podeu imaginar pel subtítol. Hi ha una vida que comença i una vida que acaba, però tan ben enllaçades que hi ha una frase que ressona amb una crueltat esperançadora: Ara només em cal resar pel trosset viu de carn d’ell que porto dintre. Ja la trobareu, no us en dic la pàgina.

I ara deixeu-me reprendre la idea de l’esperança. L’obra, al meu entendre, és un cant d’esperança des de l’amargor, i això té molt de mèrit. Txernòbil vol dir absenta, beguda amarga; i Nàdia –un personatge important de la novel·la– vol dir esperança –l’Esperança també hi és en un paper rellevant. Que ben trobats! Per això és tan humana aquesta novel·la; perquè la vida només és possible com una barreja d’absenta i d’esperança, de Txernòbil i de Nàdia, de neguit i d’il·lusió, de dolor i de goig. Per això dic que és una novel·la tan profundament humana.


I encara hi afegiré una altra raó perquè us llegiu la novel·la −i no voldria pas que semblés oportunisme barat. Aquest llibre es va editar pel mes de març d’enguany, però està elaborat de molt abans. I aquesta dada temporal afegeix al conjunt un interès remarcable: encara no havien començat els trasbalsos polítics i bèl·lics –o quasi bèl·lics– a Ucraïna. Gairebé ni es parlava d’Ucraïna, potser fins i tot no sabíem exactament ni aproximadament on era aquest país. Ara sí que la premsa i els telenotícies n’han anat plens i no pas per raons agradables. I jo us ho puc ben assegurar, l’obra ens permet que entenguem encara millor la tragèdia social, humana per tant, que els esdeveniments presents han fet caure sobre aquella població, població que estimem des de la lectura d’On vas, Irina? La coneixença de les persones que pateixen −tots els protagonistes de la novel·la− ens fa més viu el patiment, precisament perquè és més proper: són persones amb cara i ulls, amb noms i anècdotes i aventures i rialles i plors; hi hem compartit unes quantes hores, uns quants dies; virtualment, uns quants anys i tot. Aquesta dada augmenta la sensibilitat envers elles. Ens són familiars; i els sofriments dels familiars són molt més intensos. Aquesta novel·la adquireix actualitat, impensada quan la Rosa-Maria la va escriure. És ben cert, Rosa Maria, que no t’ho podies ni imaginar quan parlaves de Kíev o de Crimea que els lectors haurien vist aquests noms multitud de vegades a les primeres planes dels diaris...!

Llegiu On vas, Irina? Deixeu-vos endur per la màgia de la bona literatura. No hi ha dubte que en havent llegit On vas, Irina? esdevindreu més humans. Segur.

Esteve Pujol, llibreria Abacus de Granollers, 12 de juny del 2014